jueves, 4 de agosto de 2011

lunes, 13 de julio de 2009

JUAN ÚLTIMO

En un mundo perpendicular al nuestro, para ser exactos, viven humanos físicamente perfectos, la manipulación genética y las cirugías lograron desarrollar en carne, a aquellos dioses de la fertilidad que en la antigüedad eran construidos en piedra por los primeros habitantes; pechos gigantes, nalgas grandes, labios enormes y falos descomunales. Podría pensarse que el sexo era el deporte nacional, considerando que en complemento, tenían pastillas que aseguraban horas y horas, hasta días de actividad sexual ininterrumpida, pero la realidad de ese mundo no era así; la tecnología, la automatización, una realidad virtual intimidante, sumada a las pandemias y a que simplemente cada genero comprendió que el amor era otro mal invento salido de proporciones y de contexto, como un mal músico bien promocionado, (la maravilla del capitalismo emocional). En esa sociedad vive Juan Garrido, al que todo el mundo llamó Juan último, por ser la última alma que se disputaron Dios y el demonio como resultado de haberse dedicado sistemática y metódicamente a ser el ultimo en todo. Desde los 5 años cuando tuvo consciencia de que el hombre es el vertebrado mas competitivo de la creación (remedio para no matarse a mordiscos con los otros) y después de probar el éxito con su resumen de abrazos, risas, orgullo y varias sensaciones dulzonas adictivas, y después de probar el fracaso; con el vacio, la desazón, melancolía y otra serie de sentimientos que se comprimen en las lagrimitas de los niños. Tomó la rotunda decisión secreta y disfrutable, de ser un experto en el fracaso. Ese 13 de julio llegó del colegio, dejó la lonchera, su computador portátil, su mascota electrónica y algunos dulces con movimiento en la mesa, sin mirar siquiera el almuerzo que le taladraba con su aroma las glándulas salivares, se fue hasta la sala, corrió su sillón rojo, lo puso frente a la ventana holográfica ubicada justo donde debería estar una ventana real hacia la calle, pero las vistas reales hacia el exterior eran un lujo que solo pocos podían costear, aún así su ventana holográfica era suficiente, le presentaba en 3D, en tiempo real y gracias a los 1245 satélites escaneadores de google holographics una realidad virtual con impresión de olores, simulación de viento y una que otra mierda de gaviota o de paloma dependiendo del sitio elegido. Juan siempre la ubicaba en playa Cristal, podía quedarse el día entero, impávido, ido, transportado, sin moverse siquiera para esquivar la cagada de las gaviotas; allí con los ojos puestos en las olas en medio de una ciudad a 3000m sobre el nivel del mar, decidió inscribirse en cuanto concurso existía, desde planchado extremo, escupitajos, pasando por concursos de maquillaje de gatos angora, de fritado de tajadas de plátanos, concursos de cuento y otros mas que rayaban en el ridículo, pero que eran un buen instrumento para convertirse en el último en todo, fueron años y años de competencia con incompetencia, también fue el último heterosexual, fue el último que aún escribía a mano, fue el último humano sin cirugías estéticas, sin tatuajes, sin pearcings, sin extensiones, sin maquillaje. Hasta hoy que murió y en su testamento en papel, con palabras escritas a mano, tomó la decisión de no permitir que su cuerpo fuera congelado, a pesar de que habían descubierto la manera de revivir y curar a muchos fallecidos durante 5 años más, era muy incipiente la estimulación del alma y por eso morían y eran recongelados nuevamente, habían logrado inyectarle una combinación de energía térmica y energía eléctrica a los cuerpos pero algo aún faltaba. Juan decidió ser la última alma, y las historias de la batalla entre el cielo y el infierno son relatos épicos que no pueden ser narrados en dos páginas. El mundo se enteró de la muerte de Juan porque nada escapa a la red, ese día por respeto a su irreverencia, aquella racional, no intencional, se desconectaron millones y millones de sus computadores como un acto de luto, inútil como todos los actos de luto, y mas considerando que luego hubo un colapso porque todos querían ver las fotos de la ultima tumba.

martes, 31 de marzo de 2009

Pánfilo mató a Harry Potter

El exterminio de los duendes de Monterrubio ocurrió la misma noche de la masacre que el tuto Castro - despiadado paramilitar- cometió contra sus supuestos enemigos. Ese día murieron 6 campesinos y 4 duendes.
Pánfilo Narváez, el brujo del pueblo, se adentró en la noche para hacer un grafiti en la pared blanca del colegio de las monjitas franciscana que decía: “jarri poter es un marica”. Eso después de tener una tarde pesada, curando a un mordido de serpiente, a un feto en mala posición, un esguince ; de conjurar a un hombre infiel para que le crecieran sapos verrugosos en la barriga, y habiendo escuchado(para colmo) en el granero de los Forero a dos niños que discutían sobre un mago que luchaba con dragones, que ganaba competencias de magia, que tenía una capa que lo hacía invisible, y otro montón de facultades insultantes; Pánfilo observó de reojo cómo trataban de emular con un palito sus movimientos con la varita mágica. Sintió algo de rabia. Él, que había ayudado a traer al mundo a ese par, resolviendo la impotencia del padre de uno, y encantando a la madre del otro para que se fijara en el gordo mal oliente de su padre, jamás ha recibido tal homenaje; nadie jamás había dicho que quería ser como él y ahora ellos vanagloriaban a un tal Harry Potter. Para ellos, seguramente Pánfilo Narváez sólo era un brujo miserable con una hija de 13 años deshonrada por un duende. Pánfilo salió un rato a la acera a tomar aire caliente para cauterizar la herida del ego; miró la soledad de las calles que presienten la muerte, calles que se vuelven cómplices, que se tapan la boca con sus dedos de concreto y arena; que traen los susurros del miedo, que señalan el camino equivocado. Suspiró y le pidió al cachaco Forero un aerosol negro, dos metros de cabuya, dos sábanas, jabón, disolvente, y un costal. Se dirigió a la casa de su comadre Emilia para que le prestara a su hija menor de unos 12 años, virgen hasta el cabello, porque ni siquiera un peine entraba en esa maraña de pelos. Emilia accedió porque era su compadre y porque sabía que Pánfilo tenía gustos raros pero nunca se le había dado por perseguir niñas, y si las quisiera, sólo tendría que hacer un hechizo. Se llevó a la niña de la mano por la calle caliente sudando a chorros bajo su sombrero, escurriendo la rabia en el sudor de la espalda que pegaba su camisa; En uno de esos días en que el embudo de la vida le vertía los sinsabores, las melancolías, los dolores , la rabia, y lo sacudía para que quedara bien mezclada dentro del pequeño estuche corporal que evapora la sangre para dejar entrar esa sustancia viscosa parecida a la bilis y que es la sangre de los locos, o de los que pronto van a cometer una locura. Entró a su casa, dejó el sombrero boca arriba sobre la mesa para no atraer la muerte, llamó a su hija y le dijo que hoy dormiría donde su comadre; la niña no preguntó, dobló como pudo ropa interior, una blusa y unos pantaloncitos que estaban colgados en el patio tostados por el sol inclemente, que en vez de ser doblados, debian ser partidos. Se despidió de papá con un abrazo y dijo que mañana volvía; Pánfilo tomó a la hija de Emilia de la mano y la llevó al patio, la montó en la batea junto a la alberca y la desnudó mirándola sin mirarla, sólo con los ojos puestos en la dirección del cuerpo de la niña, pero la mirada en el futuro, en el plan, en los pasos, en un hombre comprometido con los rituales y que comprendía que sólo hoy tendría la oportunidad de vengarse. Era luna llena, había un viento fresco viniendo del sur y el romero estaba florecido. Le peinó el cabello mojado que se desenredó en una cascada de pelos que le llegaba casi a la cintura; mató cuantos piojos pudo, le colocó una batica blanca sin mediar palabra con la niña, la llevó a la cocina y le calentó una sopa de costilla que había preparado su hija. La tarde cayó como pringos tristes de tintes baratos sobre un cuadro caro. Pánfilo llevó a la niña al cuarto de su hija, la perfumó con la fragancia francesa que había traído de Maicao, la acostó y le dijo con su voz de papá:“no te preocupes, yo te voy a cuidar”; tomó la cabuya he hizo 8 nudos rodeando las piernas de la niña para mantenerlas juntas, encendió el viejo ventilador y lo puso en dirección a ella, para que se exparciera la fragancia francesa revuelta con el olor de sexo puro, básico, primario, reclamante, inmaculado e ingenuo. Fue a su cuarto y tomó el manduco que había fabricado de un guayacán amarillo de la finca de los La Valle; llevó consigo también un mecedor y lo puso a metro y medio de la cama, apagó la luz y se sentó a esperar. Sólo se escuchaba el viento empujado por las aspas y se escuchaba el miedo que venía de la calle transportado en el silbido de los fantasmas que presentían una matanza. A las 10 de la noche, Pánfilo(medio dormido en el mecedor)sintió cómo algo intentaba deshacer los nudos; con la luz de la luna vió a un duende tratando en su ansiedad, excitado ante la virginidad cercana, de desanudar el primer rollo de cabuya a los pies de la niña. Tomó el manduco y se levantó, elevó el garrote y lo descargó con toda la rabia propia de un hombre que siempre ha vivido del rencor y del miedo de los demás, y que ahora quería reivindicar el honor de su única hija. El duende no presintió su muerte, lo tomó por sorpresa y lo estrelló contra la pared, como a una rata vieja y gorda. La niña no despertó, sedada por la magia del duende que susurra al oído el secreto del sueño, la esencia pura de la mata de dormidera en su aliento; Pánfilo no lo recogió. Se sentó y esperó; tres más vinieron atraídos por la trampa, y tres más que fueron víctimas del garrote de guayacán. Alguno de esas infelices creaturas era el responsable. A las 6 de la mañana, con el canto de los gallos, buscó el costal y recogió a cada uno de los duendes; lavó la sangre coagulada con agua, jabón y disolvente para que no quedara el olor a calabazos podridos; los miró con asco y comprobó que los duendes lucen de acuerdo a la persona que los ve. Para el parecían iguanas abigarradas de ojos pequeños. Salió de su casa para llevar el costal al arroyo y enterrarlo debajo de una zarza; caminó por las mismas calles intoxicadas de sangre, con la resaca del sacrificio humano y el tufo caliente de la muerte inocente. Encontró en la plaza una romería de gente, madres con los ojos secos, lamentos, desesperanza, la tristeza cuadro a cuadro; una madrugada que no quiere terminar, un día que no quiso existir y lo obligaron con la amenaza de quitarle el mañana. Sangre, lágrimas y el moho que corroe el destino de la gente. Los niños que ayer jugaban a ser magos del cine, ahora miraban cosas mas increíbles e incomprensibles. Observaron el costal de Pánfilo que chorreaba algo de sangre y preguntaron espantados qué llevaba allí. Pánfilo, todavía aturdido por aquello que había pasado mientras cazaba duendes, sólo atinó a responder: “Aquí llevo a Harry Potter”. Los niños lloraron, habían matado la realidad y la fantasía la misma noche.

miércoles, 14 de enero de 2009

COLOMBIANO: Extraño ser de seis mejillas

Hoy tengo ganas de llorar, rara vez me pasa, pero hoy estoy triste, es tristeza no otro sentimiento, como la envidia o la rabia, voy a tener una bebe, mi novia tiene 5 meses de embarazo, y mientras miro su barriguita hinchada se me salen las lagrimas, atino a levantarme e irme a la cocina y llorar un poco graduando las lagrimas, graduando los gestos, y preparando la coartada en caso de ser sorprendido como lo hacen los machos, en un rato vuelvo a la sala y pongo cara de sueño, el perfecto camuflaje de la tristeza. Ahora que lo pienso jamás vi a papa llorar, no lloró cuando el frente Domingo Barrios del ELN secuestró y asesinó a su socio, no lloró cuando nos amenazaron, cuando nos sacaron de nuestra finca, no lloró cuando llego Jorge 40 y nos quemó la casa, no lloró en el bus que nos trajo desde Fundación a Medellín, no lloró cuando con la vergüenza del ganadero haciendo un nudo de corbata en el cuello, se echó al hombro una arroba de arroz que nos regaló la cruz roja, no lloró cuando yo a los 17 años con mi trabajo de mensajero a pie llevaba un chorizo y una libra de arroz, lo partíamos en pedacitos y nos rendía para los 4.pensandolo bien, ninguno de nosotros lloramos, porque todos esperamos en el fondo, que su llanto nos permitiera el nuestro, en cambio siempre ha sido capaz de reírse y mamar gallo como buen costeño , hasta en los momentos mas críticos del miedo y la miseria. Siento que traiciono esa herencia porque quiero llorar a cantaros, quiero dejarme flotar en lagrimas, boca arriba como lo hacia en el mar de santamarta en los buenos tiempos cuando solo me preocupaba por la cantidad bloqueador solar, no quiero que mi hija me vea llorar, no quiero que ella llore, que no se me salgan las lagrimas frente a ella cuando llegue la pregunta inevitable, cuando me pregunte por que los malos, los que nos quitaron todo, los que nos desplazaron, los que nos extorsionaron, los que nos robaron, los que secuestran, los que asesinan, reciben recompensas, y son llevados a países del primer mundo a vivir como reyes, cuando a nosotros no nos dan visa para ningún país, como le explico que aunque en los comerciales y en los chistes, se muestre al desplazado como un mendigo, nosotros no lo somos, que el coronel no tiene quien le escriba no es ficción ni historia sino hechos reales y recientes, que tal vez hemos tenido una dignidad mas grande que nuestras capacidades, como le explico que ser bueno, es bueno, que el bien siempre triunfa cuando aquí se recompensa al malo, cuando los políticos que ayudan a los malos a asesinar al pueblo salen de la cárcel en sus camionetas de lujo después de unos cuantos meses y muestran en su rostro el llanto como si hubieran pasado por algo que no merecían, cuando en algún rancho miserable del magdalena a la luz de un mechón de gas una madre espera que una calavera se levante y susurre al viento el nombre de esa tierra que le mancha los huesos, para que ella descanse en paz y entierre en su corazón al hijo, al esposo, al padre, a la impotencia. ¿Dime donde estas? Suplica cada noche una madre, una llorona que se volvió carne, un fantasma que se enfermo de vida y llora un hijo, llora un padre, llora un esposo, llora una nación, llora un pasado. Quizá tan solo le explique que nuestro país es un país religioso y que por eso aplicamos mucho la parábola del hijo prodigo, que premiamos al hijo que vuelve al redil, así sea un hijo capaz de matar a su padre, que el colombiano es un ser extraordinario de mas de dos mejillas. Pueda ser que ella nunca en su curiosidad vea los afichitos humildes de mi campaña a la asamblea departamental de Antioquia, porque tal vez no entienda como quería ser uno de esos que nunca nos ayudaron, como quería ser otro monarca criollo cuyo concepto de humildad es vestir jean y camiseta, cuyo concepto de ser pueblo es comerse el sancocho que le brindan los campesinos, cuando no saben pelar una yuca, como le digo a mi niña que yo quería hacer política diferente ,si todos dicen lo mismo, si todos son el cambio, si todos son la nueva política, si todos combaten la corrupción, si todos son venidos de las entrañas del pueblo, como quitarle la piel de oveja, a esos lobos que ya no usan disfraz sino cirugía plástica. Supongo que todo eso no debe preocuparme, no te preocupes por el futuro dicen los libros de autoayuda, vive el presente. Mi presente llora en la cocina a escondidas y no le quiere contar a la mujer que espera a su bebe, ni a su mama que espera el dinero del arriendo, ni a su papa que espera dinero para sobrevivir en fundación mientras va de un lado a otro; del incoder a la defensoría, de la defensoría al banco agrario, reclamando sus tierras, que simplemente me quedé sin trabajo, y que solo espero que el Dios que alguna vez hizo crecer el maíz en nuestra tierra, busque en su libretica de apuntes, un apellido tachado en el magdalena, y depronto aun alcance a leer el apellido Martínez.

martes, 15 de julio de 2008

LO QUE IGNORAS

No te das cuenta
pero no hay amanecer si no despiertas
no hay sonido
no hay luz
se detiene el mundo
el sol y la luna tienen un dedo en sus labios
pidiendole silencio al universo
detenganse estrellas fugaces
planetas en sus orbitas
silencio gota que cae
ave en vuelo
viento que corre
silencio
ella duerme
y de su sueño dependen
estos versos que hago a media luz
mientras la observo.

BUSCAME DONDE PUEDAS ENCONTRARME

En el silencio es donde habito
en el estricto significado de la palabra
soy un televidente
ya no soy yo sino la costumbre de mirarte
y tu, tu eres lejania
imagen
este pequeño e infinito verso
escrito en un papel

ANHELO DE PALABRA

La palabra reposa
rumia, mientras espera
espera un llamado
un simple silbido del viento
del mar
de un cabello
la palabra reposa y espera
un latido que no es latido
es un golpe de poesía